Cuando se produce una ruptura de pareja, separación o divorcio, tu vida, y la vida de los que están cerca de ti, cambian.
Hay momentos en que la vida te sorprende para bien y otros en los que tienes la sensación de que te suelta de la mano.
Uno de estos, es cuando tu pareja te dice adiós.
Puede que no sea tan sorpresivo, que no ocurra de un momento a otro y que, más bien, sea el punto final de una despedida anunciada.
Lo cierto es que, seas consciente o no (lo hayas podido anticipar o no), te quedas en shock.
Todo tu universo cambia.
Y te encuentras en una situación que no deseabas.
Respiras soledad, desprendes dolor por cada poro de tu cuerpo.
Le das mil vueltas a los recuerdos buscando el instante (o la suma de ellos) en que dejásteis de ser una pareja y la relación se rompió.
Tras la ruptura sentimental, te preguntas una y otra vez: ¿Cómo me enfrento a esto?
No lo sabes.
Es normal que no sepas cómo superar la separación porque nadie te ha preparado para ello.
¿Cuántas veces has escuchado lo triste que es la soledad?
Nos han vendido que debemos tener pareja y crear una familia para ser felices y estar acompañados.
Y lo hemos creído.
Crecimos con la presión inconsciente de tener pareja para recibir la aprobación de nuestro entorno y la sociedad.
Así, hemos moldeado nuestra idea de felicidad, derivada de los demás, del exterior.
Tú, también has asumido esa mentira como una gran verdad interiorizando la idea de que “el otro” era tu fuente de bienestar y te has olvidado de ti misma/o.
Es probable que ahora no lo veas claro, pero, al romper la relación, esa persona te ha abierto a una nueva posibilidad.
Hay un camino de transformación
Como suele pasar, afrontar situaciones como esta requiere de tiempo y proceso.
Comienzas a pasar por distintos estados de ánimo y en cada uno analizas tu vida, en busca de los “porqué” de esta situación y cómo salir a flote de ella.
Después de varios momentos de enfado por no comprender cómo llegó la ruptura, empiezas a necesitar un aliciente a tu dolor, un justificante que te despierte de este mal sueño.
Desde la esperanza (esperar vs aceptar)
El sentimiento de soledad que te invade después de haber tenido una relación intensa o de mucho tiempo, tiene que tomar una nueva forma.
Necesitas ver el mundo desde una nueva perspectiva.
Y te aferras a la esperanza.
Sabes de lo que hablo, ¿verdad?
Siento decirte que este estado es imaginario.
Es un estado de negación que surge por el mero hecho de no aceptar.
Aceptar que esa persona ya no está en tu vida, que ya no quiere compartir contigo los momentos que juntos habíais imaginado.
Esa persona ha tomado una decisión.
Las opiniones de los demás
A todas estas emociones y análisis mentales se suma la opinión de los que están a tu alrededor.
Muchas veces, la familia o los amigos que te acompañan hacen que te sientas peor. Ellos te quieren proteger, pero no consiguen hacerlo.
Te recuerdan continuamente lo que te ha hecho tu pareja, te dan muestras de disgusto hacia tu ex, te aconsejan desde el otro lado; el lado oscuro del enfado, del rencor.
Aparecen las frases como «ya te lo dije yo», «estaba claro», «no me gustó nunca»…
Cosas que no te hubieran dicho antes, si esto no hubiese sucedido. Cosas que ni ellos mismos hubieran sentido, si el resultado no hubiera sido la ruptura sentimental.
Ahora todos son jueces y todos son consejeros.
Realmente, ¿tú has pedido opinión alguna?
La respuesta más común es, NO.
Sin quererlo, vuelven a ponerte en el lugar en que tú no eres el foco sino el otro. Sus actos, su culpa, … A ti te queda el dolor.
A la libertad
Foto Sindre Strom
Lo he dicho antes y tú lo sabes bien, tu vida ha cambiado. Ha tomado un nuevo rumbo.
No puedes volver el tiempo atrás y modificar lo ocurrido.
Pero sí puedes decidir lo que pase en tu vida de hoy en adelante.
Puedes hacer que la soledad se convierta en libertad.
La responsabilidad de cómo seguir, es TUYA.
Has tenido una vida que era compartida, consensuada y, en muchos casos, no erais una pareja sino un mismo individuo.
Ahora, es el momento de aceptar la ruptura de pareja y adquirir el rol conductor de tu vida.
Aceptar que todo ha terminado y ahora el tiempo es (exclusivamente) tuyo, para que puedas lamer tus heridas.
- Si las cosas no funcionan, cambia la forma de hacerlas.
- Si necesitas ayuda, pídela.
- Busca recursos y herramientas que te ayudarán a salir cuanto antes de esta montaña rusa.
Busca profesionales que te apoyen y te vayan guiando en el camino. Camino de piedras por el que vas a caminar hasta llegar a la arena finita (como yo digo).
Esto es libertad.
Recuperar tu vida, esa que has olvidado por estar siguiendo la vida de otra persona.
Reencontrarte con quién eres y quién quieres ser. Volver a sentir ilusiones y proyectar tu vida hacia el futuro.
Imagino que quizá, leyendo estas líneas estés pensando en cuánto te gustaría sentirte así…si no tuvieses miedo.
Sí, el miedo a caminar sin tu otra mitad puede abrumarte, lo sé.
Pero, al igual que pasa con la idea de “esperar que él/ella cambie de opinión”, el miedo es un estado imaginario.
Nuestra mente nos alerta de los peligros que podemos tener en los futuros pasos que demos.
No te preocupes. Esto ocurre porque el escenario es distinto y tu cuerpo activa las alarmas internas ante lo desconocido.
Paso a paso, a medida que vayas llenándote de aire fresco, ilusiones y cojas el control de tu vida, los miedos se alejarán.
Hay vida después de una ruptura de pareja. Confía en ello. Es una vida más sincera, más plena y más real.
Cuéntame en los comentarios si te ha servido este artículo o si deseas que la próxima vez te hable de algún tema en especial.
Espero decidas dar el paso en tu camino de transformación y felicidad verdadera contigo misma/o y tu vida.
Y si quieres hacerlo conmigo para que te acompañe y guíe en el proceso, estaré encantada de ayudarte. No tienes más que escribirme y hablamos. También me puedes contactar a través de Facebook.
¡Chao!